| Clasificación Razonada |
La temática de esta obra se ajusta al interés de Antonio Vercher por lo popular o folklórico, por escenas del ambiente rural valenciano, con tipos y personajes locales. En la pintura el color está supeditado al dibujo, en el que las figuras y el resto de elementos se trazan de forma esquemática pero con formas rotundas. El planteamiento compositivo es muy depurado, con un ritmo y movimiento que se consiguen con juegos de planos de colores brillantes y líneas claras, de gran nitidez.
Esta estilización y geometrización, así como las composiciones decorativas y coloristas propias del Art Déco, dotan de modernidad y sofisticación al tema costumbrista y relacionan la obra con el proceso de renovación de los lenguajes de la pintura valenciana de los años 30.
En este contexto, los artistas del círculo de Vercher, inmersos en los profundos cambios sociales y políticos que se estaban produciendo en su entorno, muestran un abierto rechazo por las tradiciones pictóricas inmediatas y una firme voluntad por entroncar con lo que se hacía fuera. Así, por ejemplo, los jóvenes artistas buscaban en las revistas internacionales nuevas referencias artísticas y repertorios. La importancia de estas influencias es determinante, pues no debe olvidarse que es una generación que recibió una formación tradicional y académica. En el caso concreto de Vercher, hijo de pintores de abanicos, cursó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, donde ingresó a finales de la década de los años 10 del s. XX.
En el momento en que arranca su carrera, el diseño gráfico es una disciplina emergente, por lo que son muchos los artistas jóvenes egresados de San Carlos que participan activamente en la realización de portadas e ilustraciones para revistas y publicidad. Como artista gráfico, Antonio Vercher destacó sobre todo en la realización de caricaturas. En esta vertiente, colaboró con los principales periódicos y revistas valencianas, tales como "Las Provincias", "El Cuento del Dumenche", "Taula de Lletres Valencianes", "Nostra Novel·la" o la publicación fallera "Pensat i Fet". Fue, además, el ilustrador principal de la revista "Semana Gráfica". Sin duda, estos trabajos, así como su pertenencia al Círculo de Bellas Artes, debieron hacerle conocido de Folchi, el alias gráfico de Manuel González Martí.
"Mujeres de Paterna" pertenece a la producción final del artista, momento en que Vercher ya ha evolucionado su técnica pictórica a partir de sus creaciones gráficas previas. El título sugiere que la obra pudiera haberse realizado en el verano de 1934, cuando Vercher se traslada a Paterna, a una casa que tenía el pintor y decorador Francisco Baró en la localidad de la Horta Nord. La inscripción de la trasera parece indicar que la intención del artista fuera remitir la obra a la sección de pintura decorativa de la Exposición Nacional de Bellas Artes.
El artista fallecería el 4 de septiembre de ese mismo año a causa de una fiebre tifoidea, lo que le convierte en epítome de la "efervescencia decapitada" a la que se refiere Francesc Pérez i Maragón al hablar sobre la pintura valenciana anterior a 1936.
La pintura llega al MNCV mediante donación de su esposa y compañera en su círculo artístico, la dibujante y escultora María Labrandero García, en 1958.
ATH, 2024
Bibliografía:
VV.AA. (1994). "1880-1980. Un siglo de pintura valenciana". Valencia: IVAM
AGRAMUNT, F. 1999. "Diccionario de artistas valencianos del s. XX". Valencia: Albatros. 3 vol.
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| Bibliografía |
PÉREZ ROJAS, Fco. La juventud artística. En Tipos y paisajes, 1890-1930: Valencia, Museo de Bellas Artes, del 3 de diciembre de 1998 al 17 de enero de 1999. [Valencia] : Generalitat Valenciana, [1998], p. 227-346. Fotografía en p. 322
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